Summertime
Nacimos
no sé de dónde, pero nacimos en una estructura comitativa, descentrada…nacimos
de una sola matriz. A los veinte, y en malla.
Volver a caer presa de su barba kilométrica, trepar hasta Rapunzel…
sentir mis latidos por primera vez en el tacto de la rústica piedra de la
torre, padecer los espinos tras el clímax en el cuarto imposible.
Padecer el clímax en
el sol de ese tiempo remoto y tan constante como cada mísera mota de polvo, de
mugre en mi conciencia mugrienta de torbellinos de mugre y de sus mugrientos
fantasmas que percuden mis ratos en la ducha, en la heladera; que percuden los
horizontes estivales, sobretodo los estivales, los amaneceres y anocheceres y
las noches cerradas, sobretodo las noches cerradas estivales. Porque nacimos no
sé de quien. Pero nacimos en verano. Comitativamente, que lo admita y que le
duela, que él tampoco pueda mirar el mar sin saberlo del todo ebullido, que no
pueda derretirse en un aplastamiento de cuarenta y cinco grados sin sentir
noventa.
Porque nació tan encastrado
en mi carencia… y el verano sedimentó los caracteres.
Morimos indisolubles.
El verano y la farsa
del tiempo ¿su cara raspa? ¿Los lentes negros? Mi mano se mece en otro aire caliente, mi mano
no es mi mano que su barba hería. El sudor es incompleto, el verano… un simulacro triste. Es otra otra pesadez,
otro sopor. Otra mugre. Otro tipo de risa más lúgubre. Verano y verano no
deberían tener el mismo nombre. Yo y yo, tampoco. A lo sumo verano sobrante, a
lo sumo, yo excluida.
Me gustaría rescatar
alguna sombra.
contacto: mbndck_28@hotmail.com
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