Y gemís,
Delirando que sos Dios
o que sos la muerte
que me quiere llevar.
Pero yo te digo que no,
que me quedo acá,
que no quiero morir de miedo,
que esa es la peor forma de morir.
Que quiero explotar,
para ver
de una vez por todas
Los colores del mal
Los silencios del mar
Las certezas desmembradas
Todas las voces del barro,
Los cientos de años que se esconden en una canción.
Te grito que
Si vos no podés tiritar,
quedarte en las noches inundado de dudas,
de llantos,
Si no te arriesgas a probar qué es
que tu piel se disuelva en ácido,
Si no querés entender
que las paredes están hechas
solamente
para que busques
la manera de saltar,
Si no sentís como
las termitas envenedadas
te corroen los huesos
cuando la tocás,
Si no saboreás
todos los terremotos
que habitan
en la tierra de tu boca,
Si no espiás,
al menos un poquito,
por la cerradura de lo inexacto,
Si no te aventuras a subir el puente,
a mirar desde otro lado el mar,
para ver, en verdad,
qué es quién y
quién sos vos,
Si elegís malgastar tu tiempo quejándote,
chillando
de frio,
de nieve,
de soledad,
de intemperie,
Si no comprendés que los leones se arañan,
se muerden
la boca
de nieve,
de soledad,
de intemperie,
Si no comprendés que los leones se arañan,
se muerden
la boca
solamente para jugar.
Si no te sonrojás cuando una ninfa
te regala una mirada
en un bar,
Si no te animás a agarrarla del cuello y llevarla a volar
por espacio sideral,
Si te olvidaste que lo mejor es caer bien abajo,
Bajar, bajar
Tocar el fondo
Para así
Renacer:
aprender a lamerle las venas al dolor.
Si evitás nadar en la lava violenta del océano
porque temés
probar qué se siente,
por un segundo,
arder y dejar de respirar,
Si te negás a aceptar
que el sufrimiento es parte de la risa
y no ayudas al viento a soplar, a flotar
a alcanzar el anhelo de alegría,
Si pensás que los ríos no se secan, que las montañas no se mueven y que la vida es quieta, y eterna,
Si no querés explotar como un cometa,
estrellarte contra ella y perecer,
No estás vivo.
No estás vivo
porque elegís esquivar,
No estás vivo porque vomitás
todo lo que podrías tener :
Las caricias, los espejos, las cenas de dieta, las tetas, la textura del algodon, los mechones de pelo desgastados, los ojos achinados, la persiana pesada, la calma de la mañana, la risa a carcajadas, las manos de pecas, la saliva espesa, las miles de vueltas antes de dormir.
Lo vomitás. Todo. Y no estás vivo.
No estás vivo porque
Nunca
moriste
de Amor.
Contacto: anabella_dc@hotmail.com
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